lunes, 2 de noviembre de 2009

Anglicanos y su reingreso al catolicismo

La aceptacion de un sector de anglicanos disidentes por parte de la Iglesia católica respetando sus tradiciones ha desatado gran polémica con enérgicas muestras de rechazo por parte de algunos sectores del mundo católico. Sin ir mas lejos el influyente teólogo suizo Hans Kung declara, entre otras cosas por cierto, que "el ansia de poder de Roma divide la cristiandad y perjudica a la propia Iglesia".
Para tener una idea del alcance de esta reincorporación protestante bien vale hacer una pequeña reseña histórica de lo que el cristianismo y particularmente el catolicismo representa para la historia de la humanidad y de Chile.
El primer punto a considerar (y es algo sumamente interesante de estudiar) es cómo una vez muerto Jesús, un puñado de apóstoles, mayormente pescadores analfabetos carentes de toda formación teológica, ferozmente perseguidos por ser considerados fanáticos peligrosos y cuya raza constituían una insignificante minoría étnica dentro del inmenso imperio romano, fueron capaces de consolidar al cristianismo como la religión dominante en Roma entera y por consiguiente, en el mundo.
¿Cuales fueron las claves de éste éxito?
Por supuesto que la inmensa fé y bondad que los primeros cristianos profesaban llamó la atención de los romanos atrayendo y convirtiendo a algunos pocos. Pues si bien los romanos practicaban una religión y tenían sus propios dioses, habían copiado el modelo politeísta y los ritos religiosos a los griegos y sus doctrinas respondían mas a una tradicion rutinaria que a un fé con sustento espiritual muy sólido. Los cristianos en cambio practicamente no tenían rituales; tampoco tenian dioses ni tenían un dios; tenían "el Dios" y los motivaba una espiritualidad a prueba de crucifixiones, martirios y persecuciones sanguinarias.
Pero el gran motivo por el cuál el cristianismo pudo consolidarse y difundirse como lo hizo, es la aparición de un apóstol que pese a no haber conocido a Jesus y pese a haber perseguido en sus comienzos a los cristianos cambió, una vez converso al cristianismo, el destino de la Iglesia: Pablo de Tarso o simplemente San Pablo.
Fue Pablo y no el apóstol Pedro la verdadera piedra angular de la Iglesia. Pablo, quien a diferencia de los apòstoles originales provenía de una familia conservadora judía y había accedido a cierto grado de educacion, fue el encargado de difundir el cristianismo entre los sectores mas cultos del imperio romano. Así obtenía conversos y recursos económicos para sostener su misión. Consolidó la figura de Jesús ya no sólo como el hijo de Dios sino como una divinidad por ella misma. Y los dos puntos mas importantes sin los cuales los teologos e historiadores afirman que el cristianismo no habría sobrevivido: Pablo estableció la diferenciación clara entre el Judaísmo y el cristianismo colocando a la fé en el sitial mas importante de su doctrina y fue el artífice y defensor de que el cristianismo no sólo llegase a los hebreos sino que se expandiera hacia otras razas, esto es universalizarse.
Nació entonces la Iglesia. El año 313 el emperador Constatino decretaba el final de la pesecución a los cristianos y los reconocía legalmente. 67 años mas tarde Teodosio establecia que el cristianismo católico era la unica religion oficial del imperio Romano.......
Veamos ahora la situación de la iglesia Católica en Chile:
A mediados del siglo XIX Chile era ya un pais independizado. La iglesia conservaba aun un poder muy grande y cumplía un importante rol en la educación primaria y en la evangelización de las zonas rurales y originarias. El catolicismo había sido traído a Chile, como al resto de America por los conquistadores e incluso en una primera etapa de las guerras por la independencia había sido fiel a la monarquía y a sus representantes asentados en América en nombre del rey. Esto generó cierto grado de resentimiento entre los chilenos mas liberales, sensación que de alguna forma se había transmitido de generación en generación.
Durante el gobierno de don Manuel Montt ocurrio la llamada "cuestion del sacristán" (1856) conflicto de poderes entre el Estado y la Iglesia con el que los pelucones, partidarios de Montt se dividieron en 2 bandos o partidos: aquellos que apoyaban al Presidente (Montt-varistas) y quienes apoyaban a la iglesia (Conservadores).
Con el paso de los años el partido conservador no sólo apoyó a la Iglesia sino que fue dominada a cabalidad por ella. La iglesia había ingresado derechamente en la política. Ahora al partido conservador se le oponian ya no solo los Liberales, enemigos de toda la vida, sino que además los Montt-varistas.
El clero descuidó entonces sus labores educativas y su misión evangelizadora para ejercer sus influencias a traves de prensa secularizada y sermones llenos de odio hacia los liberales y a todo lo que se le oponía. Pasó entonces que la iglesia dejó de ser vista como una institución divina para ser vista como un enemigo político bastante terrenal.
Como en Europa y especialmente en París imperaba la ilustracion (Voltaire, Comte y Descartes entre otros)en Chile la clase política e intelectual, siempre dispuesta a seguir las tendencias europeas se hizo mayormente liberal e incluso radical, combatió a la Iglesia católica desde la trinchera política opuesta atacando su doctrina política y sin duda de pasada a la religión y a la fé.
Finalmente las consecuencias de esta intromisión tan vehemente de la Iglesia política fueron nefastas para ella:
  1. Se establecieron las leyes laicas (Santa María) con lo que la Iglesia se separó del Estado dejando de ser el cuarto poder.
  2. La Iglesia perdio la influencia que tenía la educación en Chile: se creó la Universidad de Chile, laica, por ende sin influencias católicas y sin contrapeso por varias decadas. ( La Universidad católica se crearía solo 46 años despues)y se potenciaron los liceos laicos como el Instituto Nacional y el Liceo Enrique Molina en desmedro de los liceos católicos.
  3. Hacia fines del siglo XIX la elite política e intelectual se separó por decadas de la Iglesia, desencantada por el actuar del clero en la llamada "guerra religiosa" que fue finalmente una especie de "guerra fría" entre catolicos y no católicos y que es a grandes rasgos lo que acabo de describir.
Pero la Iglesia iba a renacer, se iba a reposicionar en nuestra sociedad, ya no participando activamente en la política ni creando un partido político como sucursal o marioneta. La Iglesia católica reencantaría a los chilenos a comienzos del siglo XX al seguir el camino trazado por Leon XII en la enciclica "Rerum Novarum" en el contexto de las demandas que emanaban de la naciente "cuestion social". Es decir la Iglesia retomaba el rumbo. Volvía a su labor evangelizadora y le agregaba su "Doctrina social de la Iglesia" acogiendo a los más necesitados y generando una instancia de mediación entre los obreros y los privados con la premisa de que "todos somos hijos de Dios".
He compartido estos dos ejemplos en que la Iglesia ha sabido adaptarse a las necesidades de los tiempos para poder ilustrar lo que un hombre formado en colegio católico, un tanto esceptico en la fé pero respetuoso del papel que esta institucion ha tenido en la historia de la humanidad, cree respecto a la situacion que ocupa el título de este artículo.
La Iglesia Católica debe acoger a los Anglicanos que deseen ingresar a ella sin aterrorizarse por el ingreso de sacerdotes casados. La irrupcion de estos "nuevos católicos" va de la mano con los nuevos tiempos y la nueva y moderna forma de ejercer la fé católica de los creyentes del siglo XXI. Evidentemente ellos tiene una historia de conversión distinta a la del común de los católicos y una serie de tradiciones que difieren de las del Vaticano pero que en ningún caso los convierte en "católicos de segunda clase" como supone Hans Kung.
Esta aceptación de quiénes desencantados por las medidas impuestas ultimamente por las cúpulas protestantes han visto en el catolicismo la verdadera fé, lejos de representar una debilidad establece un ejemplo de comprensión de los tiempos que se viven, de flexibilidad, de tolerancia y de capacidad de adaptacion y renovacion tal como lo hicieron los cristianos antiguos al desprenderse del judaismo y los católicos chilenos al desprenderse de la política para vertirse en su labor social. ¿No es esto un signo de fortaleza? ¿ No puede acaso este ser un punto de inflexion para promover otro tipo de renovaciones en una Iglesia tantas veces acusada de doctrinaria e intolerante y añeja?
¿ No puede ser este además el punto de inflexion para que hombres formados en colegios católicos, un tanto escepticos en la fé se reencanten con lo que de niños los hacía soñar?

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